lunes, 1 de mayo de 2017

La Música nos enseña a…SENTIR EMOCIONES


“Todo estaba en penumbra, un hombre tocaba piano en la sombra, y los pocos clientes que había eran parejas de enamorados. Esa tarde supe que si no fuera escritor, hubiera querido ser el hombre que tocaba el piano sin que nadie le viera la cara, solo para que los enamorados se quisieran más”.

Estas palabras las pronunció Gabriel García Márquez según contó su hermano Eligio cuando le preguntaron qué hubiera querido ser, de no ser escritor. Un pianista anónimo, de cara invisible, en un café de Zurich,  pero con el enorme poder de traspasar sentimientos, de fortalecer emociones y hacer que aquellos que lo escuchen se amen más.
Y es que ese, es uno de los poderes de la Música: fortalece, agranda, alienta y genera las emociones.
La Música llega hasta lo más profundo de nuestro ser, y es capaz de trasformarlo. En ocasiones este poder se utiliza para cosas sublimes; como enamorarse, en otras para cosas terribles; se ha llegado a usar para torturas. Pero hoy hablaremos de la parte más positiva de todo esto.
Desde que nacemos la Música nos ayuda a canalizar nuestras emociones.
Los bebés se tranquilizan al ritmo acompasado y suave de las nanas, reaccionan y se alegran al oír la voz cantarina de sus padres.
Cuando los niños ya son un poco más mayores, es muy frecuente utilizar canciones y cantinelas para establecer rutinas, para crear hábitos. Por medio de la Música los pequeños fortalecen su sentimiento de pertenencia al grupo de la clases, a su familia y se sienten pletóricos cantando a voz en grito o susurrando las últimas palabras de cada frase de la canción.
A lo largo de toda la etapa educativa a través de la Música podemos estrechar el vínculo con nuestros hijos; si somos observadores podemos adivinar sus sentimientos por lo que tararean, o por la Música que les llama la atención. Podemos ayudar al tímido a expresarse y al nervioso a concentrarse.
Durante la adolescencia la Música suele jugar un papel fundamental, es la que eligen ellos y la que les sirve para identificarse con sus iguales, para sentirse partícipes de un grupo. Los niños que han recibido educación musical, durante esta etapa de la adolescencia suelen ser capaces de encontrar en la Música un refugio, un signo de distinción y un orgullo.
Y luego… después, durante la vida adulta, la Música nos hace sentir tantas emociones. ¿Qué pareja de enamorados no tiene su canción? ¿Quién no tiene una Música que le relaje? O una que le anime y le ponga de buen humor.
Tenemos miles de momentos intensos en nuestra vida asociados a una canción, a una Música, y esto es porque la Música nos hace sublimar las emociones, sean las que sean.
Me encantaría saber qué Música o canción es especial para ti. ¿Te animas a compartirla? Déjanos un comentario, por favor

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